Tan cerca y tan lejos, dos maneras de hacer las cosas.-

Dicen de les Illes Balears, que es una comunidad autónoma que une a sus islas a pesar de ellas, es decir que además de la lengua y alguna otra cosa, las coincidencias en la manera de pensar o actuar ante la misma situación dicta mucho de ser coincidente y para ejemplo como abordaran los menorquines el escaño del senado y como lo hacen los ibicencos (los mallorquines lo harán a su manera, también diferente).


Los menorquines, importando la fórmula, que tanta satisfacciones electorales le han dado a los ibicencos, asumen aglutinar a toda la izquierda para conseguir el senador y lo hacen tras unas siglas; PSOE, y de un candidato indiscutiblemente socialista, el actual alcalde de Maó, Artur Bagur, y pactando un programa que incluye las sensibilidades y propuestas de toda la izquierda menorquina.

En Eivissa también se concurre en pacto, aquí se le añade las siglas de ExC sin GxF y con un candidato recién incorporado a las verdades de la izquierda, alejándose lo más posible de los perfiles del PSOE y de todo aquello que pueda parecer socialista, con unos compromisos programáticos que, al parecer, impondrán los partidos minoritarios, cuyo único objetivo es ganar el senador, aunque después, más pronto que tarde, aparezcan las contradicciones e incongruencias, (como ya está ocurriendo donde la coalición tiene responsabilidades, tanto en el gobierno como en la oposición, en temas como puerto, carreteras, discotecas, golf , etc...)

Todo esto es el resultado del trabajo de unos negociadores socialistas, que nunca ponen en valor el capital político y humano que tienen en su organización, más preocupados de sus rencillas internas que de realmente reforzar su partido. La decisión de asumir responsabilidades mas allá de las que tiene una gestora (puesta a dedo sin el beneplácito de los militantes) les confiere un estatus de fragilidad crónica en las negociaciones con el resto de partidos políticos y les lleva a comportarse de manera insegura y débil ante sus compañeros de viaje.

Por eso, lo más probable sea que Menorca tenga a Artur Bagur como senador y Carraca vuelva a ser de nuevo el representante Pitiuso, aunque la estulticia de unos/as la tengamos que sufrir todos. Solo queda confiar en el efecto Zapatero, y en que los electores miren más allá de nuestra isla.