Ha aburrido hasta las ovejas de Sta Gertrudis hablando de financiación, de lo que iba a conseguir, de las cantidades que se le deben, de la deuda histórica, de la actual, de la futura y a contado como el Tío Gilito los miles de millones que llegarían (de proyectos ha hablado poco) pero como en el cuento de la lechera, la realidad al final lo ha puesto en su sitio.
Cuando se utiliza el termino lucha ("En el momento, cuando luchas y consigues la mejor financiación de la historia") como si de una guerra nuclear entre CCAA se tratase para conseguir más dinero que la del costado, devaluando tanto la expresión que aquellos que si lucharon de verdad para liberar a su pueblo, conseguir un jornada laboral que fuera humana, la sindicalista ibicenca de Can Ventosa, los que luchan para que los gays y lesbianas no los maten o para que se acabe la discriminación racial u otras tantas personas o causas que si de verdad generan no solo lucha sino también poder perder la vida, sonroja escuchar que el máximo responsable político de la isla confunda la lucha con la obligación de trabajar y conseguir lo mejor para aquellos que representas.
Total da igual, para acabar echándole la culpa a otros, cosa que si hace extraordinariamente para poder justificar que todos esos sueños contables que no de proyectos no se harán realidad y que habrá que pagar las autopistas, que le gusten o no están hechas y habrá que pagarlas. Vamos digo yo...