Gana la roja

Si alguien no se ha enterado, ESPAÑA, EGPAÑA que diría Bono, ha ganado el mundial de fútbol, esto en si mismo, debe ser algo muy importante a tenor de la cobertura mediática, del numero de españoles que han salido a la calle con banderas a agradecer a la selección su victoria o por haber hecho que un equipo de fútbol, sea capaz, lo que algún periodista ha dado por llamar "recuperar el hambre de ESPAÑA", que la gente saque sin complejos la bandera, sin temor a ser llamado facha, aún sintiéndose catalán, vasco, asturiano o andaluz, fenómeno curioso éste, lo que los políticos desunen, el fútbol une.Pero hay otra vertiente interesante desde donde mirar el asunto y que podría a ser aplicable a otras disciplinas de la vida: como la política. Como ya se vio en el mundial de Baloncesto, cuando hay equipo, cohesión, humildad, generosidad y espíritu de equipo, da igual, que se lesione Pau Gasol por que la selección es capaz de ganar ¡porque hay equipo! y eso es lo importante, que por encima de los individualismos exista el grupo.

En el mundial de fútbol ha pasado lo mismo, la cohesión, la humildad, la generosidad, el concepto de equipo, la ausencia de individualidades que por bueno que se crean siempre resultan insuficientes (véase el caso Ronaldo con Portugal), el objetivo común claramente definido, las ganas de ganar, la suma de estar los mejores (no los más mediáticos, los mas amigos del entrenador o del director del Marca) la suma de todo eso, ha llevado a que la selección española ganara el campeonato del mundo.

En la política en general las cosas no son así y en la local mucho menos, pretender ganar con un líder que ya sale cojo por su mal juego y un equipo mermado de facultades, sólo puede llevar al fracaso del proyecto aunque después se le eche la culpa al arbitro.